Extiendes tu cuerpo boquiabierto
sobre el sillón,
empapando de oscuridad tu presencia,
leyendo charcos de tinta,
-mentiras manchando periódicos-.
No quieres levantarte, agotas las fantasías,
penetras los ácidos residuos de tus eternas
cavilaciones.
Expulsas alguna alegría,
tus labios sin ganas de besar avivan una
sonriente mueca.
El perro para las orejas,
tu mujer grita,
cae la pistola sobre las losas,
(contribuyes al desorden de la casa).
Wowwwww!!!
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