19 de septiembre de 2009

LOS GUSANOS


Una vez en la salida de mi edificio me tropezé con una pareja entrada en años, no se porque sus caras me eran conocidas, me quedé parado tratando de recordar, cuando siento una voz que me pregunta… --- ¿Oye muchacho tu sabes donde vive Julia?,



--- ¿La del comité? respondo,


---Si, ella misma


---En la puerta carmelita


--- ¿Todavía es la presidenta?


---Si, desde que tengo uso de razón,


---Gracias,


---No hay de que.


Mientras se dirigen a la puerta, de pronto mi mente se ilumina como un bombillo, ya se quienes son, yo conozco esas voces,
 Ricardo y Maria Antonia, no puede ser, ¿y que harán aquí?, después de todo lo que les pasó. Mi memoria se va lejos volando hacia el pasado, aunque tenia seis años ese es uno de los recuerdos que hasta ahora no se me han borrado, hasta pesadillas tuve con el.


Era el año mil novecientos ochenta, recuerdo que ese día me levanté asustado por los gritos de los vecinos del edificio, al llegar a la sala vi a mis padres discutiendo en el balcón, casi nunca se alzaban la voz, por eso intuí que algo malo estaba pasando.


---Eso es injusto, no hay necesidad,


--- Y que vas a hacer, así son las cosas, mi padre decía esto cuando tocaron a la puerta, al abrirla, Julia la presidenta con los ojos desorbitados les gritó como si yo no existiera,


---Vamos que ya van a salir, y con la misma siguió corriendo como una loca por el pasillo.


Mis padres me dijeron que enseguida regresaban, que me quedara viendo la televisión, diciendo esto y corriendo detrás de ellos fue lo mismo.


En el pasillo la bulla que hasta ese momento se oía lejana detrás de mi puerta, ahora era un ruido ensordecedor, corrían gentes por todos lados, se oían gritos de -“Gusanos”, -“Apatridas” -“Que se vayan”- algunos conocidos como “Viva Fidel”, por allá un coro decía -“Pin Pon Fuera Abajo La Gusanera”-, todos tenían huevos, tomates, piedras alguien pasó por mi lado y me puso un huevo en la mano, yo seguía sin entender mas aun cuando vi que todos estaban esperando afuera del apartamento de Ricardo y María Antonia, ellos eran muy amigos de mi familia, excelentes personas, recuerdo que siempre iba a su casa para que me regalaran galleticas y caramelos que siempre guardaban en una lata verde, cuando me enfermaba ahí estaban con algún remedio, o medicina, ellos eran muy tiernos, también recuerdo que fueron los primeros en hablarme de Dios, eran católicos fervientes y tenían un cuadro en la sala del sagrado corazón que para mi en esa época me parecía enorme.


Cuando salieron del apartamento, no tuvieron que caminar, la turba entre golpes y alaridos los arrastró hacia la calle y lanzados como un despojo inservible la multitud de todos los edificios de la cuadra le lanzaban como una lluvia incesante, huevos, tomates, piedras, y golpes, no se me quita de la mente como María Antonia horrorizada con su vestido roto se tapaba la cara mientras sollozaba, Ricardo que ya tenia la cara hinchada de los golpes trataba de protegerla mientras trataba de abrirse paso, un camión que por allí pasaba les abrió la puerta para que montaran pero en la esquina un carro al parecer de la Seguridad del Estado los obligó a bajarse para que siguiera el circo romano, aquello era un carnaval macabro, no pude soportar mas y llorando subí las escaleras hacia mi apartamento de un tirón, al poco rato subieron mis padres, mi madre lloraba inconsolable, mi padre rompió una silla contra la pared, de impotencia, yo seguía llorando en un rincón y entre sollozos solo balbuceaba ¿Por qué?, mis padres no me miraban a la cara, no supieron explicarme, tiempo después supe que todo lo acontecido se debió a que mis vecinos eran religiosos y se iban del país.


Oigo los toques de Ricardo y María Antonia en la puerta del comité, y mis recuerdos de aquel día desaparecen, la puerta se abre y Julia la presidenta asoma el rostro.


Me quedo intacto en el lugar que me encuentro, quiero ser testigo de lo que va a ocurrir.


--- ¿Quien es?, pregunta Julia


---Hola, somos Ricardo y María Antonia los vecinos que vivíamos arriba de su apartamento en el segundo piso, --- ¿Se acuerda de nosotros?


Julia estira el cuello y su mirada se va lejos como para recordar, de pronto abre los ojos,


---Ah pero eso fue hace mucho tiempo,


---Si, exactamente veinte dos años


---La verdad que se nos fue la ma….


---No, no diga nada, nosotros no vinimos a exigirle una disculpa.


María Antonia abre el bolso y mete la mano, Julia se echa para atrás como esperando un cuchillo o una pistola.


---No, no se asuste solo queremos entregarle esto,


María Antonia extrae del bolso una docena de huevos.


---Se acuerda los huevos que nos tiró, ahora le hacen falta, nos han dicho que por la situación que tiene el país usted la está pasando muy mal.


Diciendo esto le puso los huevos en la mano, Julia enmudecida solo hizo una mueca de vergüenza.


De pronto ante mis ojos, esos que un día fueron llamados gusanos se revelaban ante mi cual mariposas esbeltas y multicolores con un brillo que enceguecían mi rostro.

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